“No sea ridículo y payaso”: Abogado del Ejército Gaitanista de Colombia desmiente a Daniel Quintero y le exige respeto tras atentado contra Miguel Uribe

Bogotá – 9 junio de 2025
El conocido abogado Ricardo Giraldo, representante juridico para negociaciones en el marco del proceso de paz del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), respondió con contundencia a las recientes declaraciones del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien insinuó que dicho grupo armado y sectores de la derecha estarían implicados en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado 7 de junio.
“No sea ridículo y payaso”, dijo el Abogado Giraldo, visiblemente indignado, en una declaración oficial. “Lo que ocurrió fue un atentado cobarde contra un líder político. Usar esta tragedia para hacer politiquería y sembrar sospechas sin pruebas es miserable”, sentenció.
El EGC, mediante un comunicado divulgado a través de sus redes sociales, lamentó profundamente el ataque contra el senador Uribe Turbay, al que calificaron como un hecho reprochable …“Lamentamos profundamente el atentado contra la vida e integridad personal del señor Senador Miguel Uribe Turbay. A pesar de ser un acérrimo contradictor de nuestro proyecto político y del Ejército Gaitanista de Colombia, condenamos de manera categórica este acto violento".
El Ejercito Gaitanista de Colombia también desmintió de forma explícita cualquier vínculo con el hecho violento y rechazó que se instrumentalice su nombre para crear divisiones en medio del dolor nacional.
Daniel Quintero: entre la difamación y las denuncias
Las declaraciones del exalcalde Quintero llegan en un momento de fuerte desprestigio. Desde su paso por la administración municipal de Medellín, ha acumulado denuncias por presunta corrupción, contratación direccionada, persecución a periodistas y uso indebido de recursos públicos. Investigaciones de entes de control, periodistas y ONG han revelado irregularidades en los contratos de EPM, Metrosalud, y en la contratación de influenciadores para defender su gestión en redes sociales.
En ese contexto, voces del periodismo y la opinión pública han expresado su preocupación: ¿cómo confiar en una persona con múltiples investigaciones abiertas, que ha sido denunciada por manipular cifras y perseguir a sus críticos, para que sea quien encabece señalamientos en un caso tan delicado?
Manipular el dolor, una estrategia reprobable
Distintas personalidades han criticado lo que llaman una “manipulación del dolor ajeno” por parte de Quintero. “Pretender desviar la atención del país hacia enemigos imaginarios, sin pruebas, cuando está en juego la vida de un senador de la Republica, solo refleja bajeza moral”, declaró una fuente cercana al entorno de Uribe Turbay.
El abogado Giraldo, por su parte, hizo un llamado a la cordura y al respeto por las víctimas. “Una tragedia no puede ser usada para sembrar odio político. Exigimos respeto. Este no es momento para espectáculos, es momento de verdad y justicia”, remató.
Resulta alarmante que figuras con alto nivel de desprestigio y un prontuario de investigaciones abiertas usen una tragedia para sostener narrativas infundadas. Los intentos de Quintero por posicionarse como “víctima del establecimiento” a menudo han sido acompañados de contradicciones, falsedades y desinformación. Esto no es nuevo, pero sí es particularmente grave en el contexto de un atentado.
Como lo evidencian múltiples informes, el exalcalde ha recurrido reiteradamente a la exageración, la teoría del complot y la manipulación emocional para blindarse de críticas legítimas. Utilizar ahora el nombre del Ejército Gaitanista de Colombia sin prueba alguna, cuando este grupo ha emitido un pronunciamiento oficial de rechazo, solo agrava su falta de responsabilidad.
Firmeza jurídica y sensatez
Frente a esta crisis mediática, el abogado Ricardo Giraldo se ha consolidado como una voz que reclama seriedad, legalidad y respeto a las víctimas. Su llamado no es solo en defensa del respeto a la situacion, sino del mínimo decoro que debería tener todo actor público frente a la tragedia nacional.
En tiempos en que la mentira se ha convertido en arma política, resulta imperativo exigir pruebas, respeto y ética. Y más aún cuando quienes hacen acusaciones han sido, tantas veces, protagonistas de la opacidad.
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