Donde el agua era un lujo, hoy fluye esperanza: Leticia celebra la llegada del agua potable gracias
En el corazón del Amazonas colombiano, más de 15.000 personas han comenzado a vivir una nueva realidad gracias a la planta potabilizadora de agua instalada en el kilómetro 11 de Leticia. Un proyecto que simboliza unión, transformación y compromiso social bajo la campaña “Nos une el país que queremos.

Colombia
En Leticia, Amazonas, donde el río más caudaloso del mundo bordea con fuerza pero el agua potable ha sido históricamente escasa, una transformación silenciosa empezó a gestarse selva adentro. A tan solo 11 kilómetros de la ciudad, en la Institución Educativa Virgen de las Mercedes, se erige hoy una planta potabilizadora que representa mucho más que una infraestructura: es el símbolo tangible de una nueva etapa para miles de habitantes que, por generaciones, dependieron de la lluvia y el río sin tratamiento para subsistir.
La planta —puesta en marcha por la Fundación Coca-Cola con el apoyo de la Fundación costarricense Aliarse, la Fundación Solidaridad por Colombia y Coca-Cola Colombia— forma parte de una inversión que también incluyó una planta similar en Tadó, Chocó. En el caso del Amazonas, esta instalación beneficia a más de 15.000 personas, incluyendo 840 estudiantes de instituciones educativas rurales, quienes hoy acceden a agua segura desde el kilómetro 11 hasta el 25.
Todo esto se enmarca en la campaña “Nos une el país que queremos”, que resalta cómo, a pesar de las diferencias culturales y territoriales, es posible encontrar puntos de encuentro que impulsen el desarrollo sostenible y el bienestar colectivo.
Durante la jornada de entrega, Manuel Burgos VP Operaciones Colombia y Venezuela, destacó: “Este proyecto simboliza nuestro compromiso con el desarrollo sostenible del país. Cuando llevamos agua potable a una comunidad como Leticia, llevamos también salud, bienestar y nuevas oportunidades. Es una muestra concreta de cómo, desde Coca-Cola, trabajamos para generar valor compartido y transformar positivamente los territorios donde operamos.”
Un esfuerzo colectivo que transformó realidades
La inauguración oficial fue más que un acto protocolario. Estuvo cargada de simbolismo y emoción, con la presencia del gobernador indígena, representantes de la Alcaldía de Leticia y líderes comunitarios. En la tradicional maloka, el abuelo —guía espiritual de la comunidad— encabezó un baile ceremonial como agradecimiento a los aliados y como bienvenida a este nuevo ciclo de dignidad para las familias amazónicas.
Además de su capacidad de potabilizar más de 11 millones de litros al año —más de 32.000 litros diarios—, la planta fue diseñada con criterios de sostenibilidad: materiales adaptados al clima local, 10 paneles solares que alimentan su funcionamiento y un sistema de monitoreo autónomo. Su gestión está en manos de la comunidad educativa, lo que garantiza no solo el acceso al recurso, sino su apropiación y cuidado a largo plazo.
Más allá del agua, un símbolo de unidad nacional
Este proyecto refleja cómo el trabajo colectivo entre empresas, fundaciones y comunidades puede superar brechas históricas. “Nos une el país que queremos” no es solo un eslogan, sino un llamado a la acción. Así lo expresaron voceros de la Compañía Coca-Cola y sus aliados, quienes resaltaron que el poder transformador de esta planta nace del conocimiento local, la tecnología limpia y el propósito común de llevar desarrollo a donde más se necesita.
Leticia hoy es un ejemplo vivo de que cuando el agua llega, también lo hacen la salud, la educación y la esperanza. Y que cuando se suman voluntades, es posible que en medio de la selva florezca un futuro digno para todos.
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